La valoración clínica se realiza en aquellos casos en los que la sintomatología que presenta el paciente puede hacernos sospechar que presenta algún trastorno clínico.

La valoración consiste en la realización de una serie de pruebas psicométricas válidas y fiables que nos orientarán hacia un diagnóstico clínico.

Una vez tengamos el informe diagnóstico podremos orientar al paciente en el tipo de intervención más adecuado según sus necesidades y dificultades.