En muchas ocasiones, las personas que mienten de forma reiterada, aun en pequeñas cosas sin importancia comparten el mismo motivo aunque no sean demasiado conscientes de ello. Este motivo es el miedo a decepcionar a los demás.
Las mentiras se convierten en una estrategia para hacer que las personas que te rodean te aprecien y no te abandonen, pero realmente esta estrategia no funciona. Porque con las mentiras la gente se aleja, más que se acerca.
La prescripción que se da en este tipo de casos es que el paciente haga o diga todos los días algo que tema, algo que le pueda hacer perder la aprobación de los demás, algo que no sea muy importante, nada amenazador. También se prescribiría que en el caso de mentir, se declare la mentira y se excuse explicando el motivo. Por mucho miedo que dé, siempre será mejor que seguir siendo un mentiroso, ya que tarde o temprano las mentiras se descubren.