Uno de los miedos más comunes que vemos en consulta es el miedo a la oscuridad.
La noche es uno de los momentos más temidos para algunos niños, ya que es cuando menos estímulos tienen, hay menos ruidos, hay menos luces, está todo en silencio, a oscuras etc, entonces la imaginación vuela.
Es importante saber que nuestra mente no sabe distinguir lo que es real de lo que es imaginario.
¿En qué momento deberíamos de consultar a un psicólogo?
Cuando vemos que el miedo de nuestro hijo es desproporcionado, que va en aumento o que incluso empieza a tener ya no solo ese miedo sino otros y que evidentemente le empiezan a afectar en su vida diaria.
¿Cuáles son las soluciones intentadas por los padres para poder solucionar este problema y que sin embargo, no funcionan?
- Hacerles compañía hasta que se duermen
- Intentar tranquilizarles dándoles a entender que necesitan protección en ese momento.
- Restarle importancia a lo que está ocurriendo.
- Dejarles la luz encendida.
- Dejarles que vengan a dormir a nuestra cama pensando, por un día no pasa nada.
- Enfadarnos con él explicándole, ya eres mayor, esto son tonterías, etc.
- Hablar de su miedo frecuentemente haciéndolo más presente.
Lo que tenemos que tener claro es que el miedo se vence tocándolo y los fantasmas desaparecen cuando los tocamos.