Para hablar de lenguaje necesitamos saber que la etapa de las adquisiciones básicas del lenguaje está situada en la franja de los 0 a los 5-6 años y que sobre ésta se asentarán los aprendizajes posteriores. En esta etapa se produce una gran cantidad de adquisiciones y se superan diferentes objetivos relacionados con el aprendizaje lingüístico, por lo que resulta fundamental y de gran importancia la detección y evaluación precoz de posibles dificultades en la adquisición y desarrollo del lenguaje, con el fin de evitar así consecuencias en los aprendizajes posteriores o en otras áreas académicas o sociales.
A continuación, se explicará lo que se va aprendiendo en las diferentes edades y cuáles son los signos de alarma a los que tenemos que estar atentos.
En torno a los 12-15 meses, suelen producirse las primeras palabras, comenzando el periodo de aprendizaje lingüístico en el que se empezarán a utilizar, cada vez más frecuentemente, palabras, es decir, sonidos lingüísticos con intencionalidad comunicativa y significado. Este aprendizaje progresivo de palabras nuevas irá aumentando velozmente hasta llegar a la explosión léxica alrededor de los 18 meses. A partir de este punto, el infante tendrá suficientes palabras para empezar a combinarlas iniciando de forma progresiva aprendizajes cada vez más complejos en todos los componentes del lenguaje.
De los 18 meses a los 2 años ocurre la etapa telegráfica que supondrá las primeras combinaciones de palabras, todavía algo rudimentarias.
De los 2 años a los 2 años y 6 meses aproximadamente, ocurre la frase canónica, en la que ya se producirán frases simples gramaticalmente correctas, hasta llegar a la etapa de la fase compleja (de los 2 años y 6 meses en adelante), en que aprenderá las formas sintácticamente más complejas de la lengua (Serra et al., 2000).
En muy poco tiempo, el niño pasará de no tener apenas lenguaje a tener un lenguaje bastante completo.
A pesar de que estos objetivos suelen conseguirse en las edades que acabamos de comentar, algunos niños pueden presentar un desfase cronológico en las adquisiciones lingüísticas esperadas en el periodo de entre los 0-6 años o no ajustarse a aquellas adquisiciones que previsiblemente afectarán al desarrollo posterior del lenguaje. Por este motivo, es imprescindible conocer las señales de alarma en este periodo y poder evaluar las dificultades que se presenten e intervenir de la forma más eficaz y sobre todo con precocidad.
Las señales de alarma en las diferentes edades son las siguientes:
De los 0 a los 12 meses:
- Poco balbuceo.
- Utiliza pocos gestos.
- La no comprensión de palabras familiares a partir de los 6-8 meses.
De los 12 a los 24 meses:
- No comprende órdenes sencillas.
- No comienza las primeras palabras estando cerca de los 24 meses.
- No le interesan los cuentos.
De los 2 a los 3 años:
- No hay comienzo del habla.
- No repite frases.
- No responde a preguntas sencillas.
De los 3 a los 4 años:
- Su lenguaje no es reconocible por personas desconocidas para el menor.
- No sabe explicarse con lo que le sucede.
- No puede mantener una conversación sencilla.
De los 4 a los 5 años:
- No habla con otros niños.
- Se muestra muy tímido.
- Solo le comprende su familia, teniendo un habla ininteligible para los demás.
De los 5 a los 6 años y en adelante:
- Tiene un lenguaje muy simple.
- Comete muchos errores en su discurso
- No puede hacer narraciones completas y estructuradas, sino que solo realiza descripciones.
Signos de alarma de posibles dificultades de adquisición del lenguaje. Fuente: basado en ASPAS, 2014; Bishop et al., 2016.
Algunos niños pueden manifestar alguna de estas señales de alarma y presentar un lenguaje más lento que el resto de niños de su edad. Cuando este retraso afecta a todos o varios componentes del lenguaje y tanto la cognición como la audición son normales y no hay problemas emocionales complejos, se trataría de un caso de retraso del lenguaje (RL). Los niños con RL presentan el mismo patrón de adquisición del lenguaje o muy similar al de los niños con desarrollo normal del lenguaje, pero con un desfase cronológico de alrededor de un año, y puede revertirse mediante una intervención adecuada.
Alrededor de los 5-6 años deben haber superado esta dificultad, ya que, en caso contrario, deberemos hablar ya de un trastorno del lenguaje, al haberse dado tiempo suficiente para alcanzar a sus iguales.
El trastorno del lenguaje es una alteración en la producción o comprensión del lenguaje que afecta a su adquisición a pesar de que los factores que habitualmente suelen estar asociados a estas dificultades, como daño auditivo, neurológico o un bajo CI no verbal, no están presentes (American Psychiatric Association, 2013; Bishop, 2004; Schwartz, 2009). Estas dificultades lingüísticas pueden estar presentes en uno, varios o todos los componentes del lenguaje, aunque, como en el caso del RL, la morfosintaxis siempre estará afectada.
Es fundamental que todos estos niños puedan tener una intervención temprana con el fin de evitar o minimizar las consecuencias de las dificultades en el lenguaje o la comunicación, de ahí la importancia de una completa valoración diagnóstica.
Bishop, D. V. M. (2004). Diagnostic dilemmas in specific language impairment. En L. Verhoeven & J. van Balkom (Eds.), Classification of developmental language disorders (pp. 309–326). Mahwah, NJ: Erlbaum.